Filosofada en Hondarribia

Cuando conducía hacia aquí, mi mente ha tenido un momento interesante. He pasado por ese túnel tras el cual el clima cambia drásticamente del calor veraniego al frescor húmedo que anuncia  la entrada a tierras vascas. Seguro que alguno de vosotros sabe el nombre del túnel del que hablo.

El caso es que según lo atravesaba he quedado absorta por la alternancia de las franjas oscuras, muy oscuras y las iluminadas por los focos interiores. Es extraño, pero de pronto mis neuronas han extrapolado está sensación a la que tengo con la vida en si misma. Una sucesión en bucle de momentos que uno siente blancos o negros, entre ellos toda la gama que va del uno al otro.
Lo q me ha parecido genial es que eso no le impide a uno llegar a entender la dirección que debe tomar el vehículo para salir del túnel; al fin y al cabo sólo son franjas... Así que conduces y sales.

Y sales aquí, a este instante...

La palabra "magia" puede hacerle sentir a uno infinidad de emociones, desde la ilusión e inocencia de un niño que cree en todo sin titubear, al asombro de un adulto que no entiende q aún se le pueda engañar. Ahora mismo la siento como ese estado en el que todo desaparece salvo el picor de la hierba en la espalda, el sonido de las olas contra las rocas o la luz sobre las flores; el olor a prado húmedo, el frescor en la piel, el reflejo dorado del sol sobre el mar.

He llegado en el mejor momento del día, la puesta del astro rey.




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