Relato corto 1: Despedida al cubo.
- DESPEDIDA AL CUBO -
https://steemit.com/spanish/@neiraurdaneta/prision-de-cristal
Una parte de mi tiene la sensación de estar dentro de un cubo de cristal tintado insonorizado en el interior de una habitación, pegando golpes y gritando, sabiendo que nadie va a escuchar. Sé que la persona que miro a través de ese cristal no es culpable de no recibir la información, no puede llegar nada al otro lado, no puede llegar mi imagen, ni mi sonido. Grito y pego puñetazos más fuertes en las paredes, con la ilusión de que quizás en algún momento sea capaz de romper, desde dentro, aquello que nos separa. Mis manos empiezan a sangrar y doler, aparece la afonía, siento fatiga, mareo. Entiendo que todo el esfuerzo es en vano y me rindo, caigo por un tiempo. Una vez recuperada intento de nuevo la misma operación. Parece que se gira buscando algo, como si presintiera que estoy, ¿Me ha oido?, ¿Se acercará y terminará la agonía?. Creo que si fuera consciente de mi existencia, me liberaría. Pero no, da un paso más lejos de mi posición y luego otro y otro. No es culpa suya, No puede verme. Vuelvo a caer, a recuperarme, a intentarlo de nuevo en bucle, cada vez está más lejos de mi.
De pronto su mano se acerca al interruptor que hay al lado de la salida, apaga la luz. Dejo de verle también. Me pregunto si se volverá a encender, me pregunto si en ese caso, él seguirá estando ahí o se habrá marchado. Pierdo la razón del esfuerzo para intentar llamar su atención. La tristeza de la realidad hace que esa parte de mi muera. Y se acabó, se acabó la esperanza de “ser” junto a él, porque no tiene oídos para mi voz, ni ojos para mi imagen.
Adios, Te dejo. Te dejo ser lo que debas ser, vivir lo que debas vivir, soñar lo que debas soñar. Si lo que vivas o lo que sueñes te hace feliz o te hace daño en tu futuro, no depende de mi. Hubo momentos en los que erré creyendo que tu vida sería mejor con mi compañía, esos en los que agredí más fuerte el vidrio, en los que me quedé sin voz. Nunca ha estado en mi mano.
En ese instante, otra parte de mi toma protagonismo. Una luz a la que nunca habia prestado atención se cuela desde algún punto dentro del cubo de oscuridad. Me giro. Detrás, una puerta se dibuja. Siempre ha estado ahí pero nunca había vuelto la cabeza. Ahora soy yo la que da un paso para acercarme a la salida y luego otro y otro. Mi mano gira el pomo, tiembla. Vuelvo la cabeza una última vez hacia la habitación por si algo ha cambiado, pero sigue en negro.
Siento miedo, soy consciente de que existe la posibilidad de no retorno, no porque abra esa puerta, sino porque es posible que una vez cerrada no se pueda volver a entrar. Debo dejar marchar mi idea de ti, mi idea de un yo contigo. Miro hacia el interior una vez más, tiemblo una vez más, lloro una vez más. No estás. Tengo la certeza de que alguna vez estuviste y la duda de si alguna vez me intuíste.
He hecho lo que he podido para acercarme a ti y con eso debe bastar. La luz daña mis ojos unos segundos y aparto momentáneamente la mirada, me adapto, vuelvo a mirar, veo el exterior. Mis piernas dan dos zancadas, mis plantas se humedecen con la hierba tapizada de rocío, el calor del sol abriga mi piel y oigo un sonido seco.…
La puerta se ha cerrado. Vienen a mi los dos últimos pensamiento referidos a ti… ¿Estarás en el jardín o nunca fuiste real?. Cualquier atisbo de convicción desaparece. No hay posibilidad de volver atrás, sólo puedo avanzar en un sentido, hacia la incertidumbre de lo desconocido. No sé que vendrá pero sé lo que tengo, el canto de los pájaros, el olor de las flores, la brisa del aire, mi reflejo en el agua, el sabor de la libertad.
- FIN -
PD: Esto es una historia ficticia, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia.
Madre mia del amor hermoso.... Puta pasada y pedazo obra maestra de relato corto.
ResponderEliminarNo dejes de crear cris