Eurovelo_1: Día 14. Fin de viaje!

Salí de la recepción del hotel a las 21:20h para estar en la parada del bus a las 21:45h, con 30-35 min de antelación. Pensé: - Si voy con tiempo y me hacen desmontar la bici, no tendré problemas-. Quitar la rueda delantera debería de ser muy sencillo pero el día que pinché nos costó un buen rato; y sentía, honestamente, bastante inseguridad al respecto.

Mientras iba de camino sonó el móvil. Al llegar a la parada de flexibus vi que el mensaje era de la compañía de transporte avisando de un retraso de 60 minutos. -¡Buff!. Hora y media aquí, en mitad de la nada-. 

Si alguna vez os toca, sabed que flexibus no para en las estaciones habituales de las ciudades; para en mitad de sitios, que pueden, como en este caso, estar en mitad de la nada.

Como se ve en la foto... El punto azul con un cuadrado blanco en el centro, era mi hotel; el amarillo con estrellita, el lavadero de coches donde limpié la bici; entre esos dos puntos en amarillo claro, todo el centro de Nantes; a tomar viento en mitad de la nada, la parada de flexibus.

Era muy tarde para lo que se supone que es la hora de cenar francesa, pero encontré un lugar de comida rápida en el que pude permanecer el rato del atraso.

Volví de nuevo con 30-35 minutos al estacionamiento. 5 minutos más tarde.....PIPIP, PIPIP, PIPIP... El móvil me notificaba una nueva demora de 60 minutos... - ¡A las 00:20! ¡Muero!-. Había ido con ropa de verano y empezaba a hacer mucho frío. Saqué mi saco de dormir y busqué una esquina recogida.

El móvil no tenía mucha batería, pero quedaba algo de carga en la externa, así que lo conecté y empecé a diseñar las rutas de cada día con el Maps.me. (Tengo los tracks listos para publicar, haré un post específico con ellos y calcularé los km totales recorridos, por si alguno se lanza a la experiencia).

Estuve también texteando con algún amigo ese rato. Óscar me decía que no me preocupase, que el chófer tendría que ser muy mala gente para, después de las dos horas y pico de retraso, dejar a alguien tirado en la cuneta. Intentaba tranquilizarme y, ciertamente, me ayudó mucho.

Un chico vino a pedirme dinero para cenar, abrí la cartera y dejé caer en mi mano las monedas que llevaba en su interior.

A las 00:00h empezó a haber mucho revuelo. Unos chicos que estaban sentados en círculo esperando el mismo bus que yo, se levantaron corriendo diciendo que el bus que acababa de parar era el nuestro. -¿Seguro?-. Les dije. -Se supone que llega en 20 minutos-. Por si acaso salté fuera del saco y lo metí corriendo en su funda.  Bolsa, alforja, alforja, mochila, bici.... -¡Ayyy! ¡Qué estrés en un segundo!.

No era el nuestro, el siguiente que paró tampoco, el que llegó después tampoco. Empezaron a aparcar autobuses uno detrás de otro a modo de longaniza... La gente nos agolpábamos como polillas en la luz, interrogando a los conductores.

Entre los que estábamos allí, nos preguntábamos también: 

- ¿Qué dirección llevas?.
- Voy a Bayona.
- ¿El bus N711?.
- Sí, sí, ese.
- Yo bajaré en Hendaya, pero es el mismo bus.
- ¿Puedes montar la bici sin problemas?.
- Esta mañana viene a preguntar y el conductor del autocar me dijo que dependería del chófer que me tocase 🤷.
- ¿A cruzar los dedos, entonces?
- Sí, sí, a cruzar los dedos.

¡Mis nervios iban en incremento!. 

De pronto, escuché una voz conocida: - ¡Ese es el nuestro!-. 

Me acerqué lo más rápido que pude a la puerta para enseñarle la bici al conductor y esperar sus instrucciones. Si tenía que desmontarla, debía de hacerlo mientras el resto de pasajeros subía al vehículo.

- ¡No puedes cargar la bici así! ¡Son las normas!-. Dijo con cara de muy malas pulgas.

¡¡Estrés a punto de estallar!! 💥.

Bajó el conductor de relevo y me calmó: - Tú quita la rueda delantera, que la meteremos-.

Instantáneamente el chico con el que había hablado antes y otro más, que no sé de donde salió, rodearon mi bici y empezaron a quitar la rueda sin preguntar siquiera. Me encanta ver esa proactividad en las personas cuando el objetivo es ayudar a otro ser humano en apuros.

Uno que intenta sacar la rueda, el otro que no entiende como funciona, venga a darle vueltas a la manivela, yo buscando herramientas; me piden ayuda, voy y saco el tubo. Uno que coge la rueda, el otro el cuadro, yo las bolsas... todo al maletero.

El conductor: - ¿Pero dónde va esta chica?. 
- A Hendaya -. Grito.
- ¡Entonces en el otro lado!.

El chico que había cargado el cuadro, lo coge y lo lleva al otro lado, lo mismo el de la rueda, yo con las mochilas... - ¡¡¡Ayyyyyy!! ¡¡Socorro!! ¡¡En este pequeño trozo de maletero la bici no cabe ni desmontada!!. Ponla de un lado, del otro...

¡Ya está! ¡Fin! ¡Así cierra!.

El conductor dice : -Sube por la puerta de atrás. Si tu asiento está ocupado siéntate en cualquier otro-. 

El chico que había aparecido de la nada para ayudarme, subió justo delante de mí y se sentó en un hueco doble. Mi asiento estaba ocupado, miré alrededor; la gente había puesto equipajes en los asientos de su lado quitándome capacidad de elección. 

El chico hizo un gesto ofreciéndome el asiento de su lado.

Lo que una persona desconocida puede hacerte sentir arropada con un par de acciones... Di las gracias por su aparición en mi vida.

Acto seguido se puso a dormir sin decir nada más. Yo le miré por fin con tranquilidad.

🤔

-Esa capucha... La sudadera ... La barba ... ¿Es el chico que me ha pedido dinero para cenar?-. No era una pregunta adecuada que hacerle, así que siempre me quedaré con la duda.

La noche os podéis imaginar que no la he pasado muy bien. Dolor de rodillas, cambios de posición, una pelea de dos pasajeros, un olor apestosín.

A las 09:05h llegaba a Hendaya, a las 10:00h a la furgo, a las 10:20h estaba desayunando y a las 14:30h en el pueblo.

A las 15:30h me echado a dormir y no me he despertado hasta las 19:23h. Parecía que me había picado la mosca tse tse.

Como dice Dorothy en el Mago de Oz:

"SE ESTÁ MEJOR EN CASA QUE EN NINGÚN SITIO" ♥️












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